¿Qué son los PFOA Y PTFE?

Mucho están sonando estas letras, especialmente vinculadas con los materiales de utensilios de cocina y alimentos, pero veamos de qué se trata. 

Estas siglas significan “per- y polyfluoroalkyl substances” en inglés PFAS; en español son las sustancias perfluoroalquiladas. Son compuestos químicos que contienen enlaces de carbono y flúor. Estos enlaces son muy fuertes y confieren propiedades únicas a estas sustancias, como la resistencia a la grasa, agua y calor. 

Han sido muy utilizados en productos industriales y de consumo, dentro de los principales esta:

  1. Productos de cocina: Sartenes y ollas antiadherentes, utensilios de cocina, envases de comida para llevar, envoltorios de alimentos, vasos y platos de papel.
  2. Productos textiles: Ropa impermeable, alfombras, tapicería de muebles, calzado resistente al agua y equipo deportivo.
  3. Productos de cuidado personal: cosméticos, productos de higiene personal como cremas hidratantes y maquillaje, que contienen agentes repelentes al agua como insecticidas o bloqueadores solares. Shampoos, hilo dental, esmaltes de uñas.
  4. Productos de limpieza: Detergentes, productos de limpieza de automóviles y productos para el hogar que contengan agentes antiadherentes o repelentes al agua y polvo.
  5. Productos de papel: papel encerado, envases de alimentos, papel encerado para hornear y envoltorios de alimentos, bolsas resistentes a la grasa como los poporopos de microondas, envoltorios de comida rápida, cajas para pizzas y envoltorios de caramelo.
  6. Productos industriales: Espumas de extinción de incendios, lubricantes industriales, pinturas, tintas y adhesivos.
  7. Producto de cuidado de automóviles: ceras, selladores, todo lo que pueda ser repelente al agua.
  8. Productos para exteriores: Telas para toldos, tiendas de campaña, ropa de lluvia y equipos de deportes acuáticos.

Los PFAS más comunes que se han utilizado en productos de consumo incluyen:

  1. Ácido perfluorooctanoico (PFOA) .
  2. Ácido perfluorononanoico (PFNA).
  3. Ácido perfluorooctanosulfónico (PFOS).
  4. Perfluorooctanosulfonamida (FOSA).
  5. Perfluorohexanoato (PFHxS).
  6. Perfluorooctanoato de potasio (PFOS-P)

La producción de PFOS se inició en 1948 y hasta el año 2000 se empezaron a realizar estudios tanto en ratones como ambientales sobre el impacto de las sustancias.  Por haberse fabricado continuamente durante 50 años, los encontramos en muchísimos lugares. Una preocupación principal es el agua, tanto así que la EPA (Agencia de protección ambiental en USA) en 2016 dio avisos de salud de por vida en 2016 en donde se recomienda monitorear el agua para controlar este contaminante. En 2022 se encontró que los niveles de al menos cuatro PFAA en el agua de lluvia de todo el mundo, excedían los avisos de seguridad dados en 2016, de manera “no peligrosa” así como los estándares de seguridad para otras regiones del mundo, entre ellos la Unión Europea, lo que llevó a la conclusión que “la propagación global de estos cuatro PFAA en la atmósfera ha llevado a que se supere el límite planetario de contaminación química”.

Existe lo que se llama “ingesta diaria tolerable” (TDI), que nos indica cuál es la cantidad máxima que, sin provocar efectos para la salud, una persona puede ingerir diariamente a lo largo de toda su vida. 

Para los PFOS su TDI es de 150 ng por kg de peso corporal, y una TDI de 1500 ng por kg para los PFOA. Sin embargo debo decir, que no podemos hablar sobre “ingesta segura” ya que estos NO SON productos producidos por la naturaleza, por lo que no tendrían por que haber límites “seguros”.

Existen muchos estudios a la fecha en donde ya están asociados a muchos problemas crónicos de salud. Estos químicos son acumulables en el cuerpo y en la naturaleza por lo que se les llama los “químicos eternos”.

El riesgo de los efectos en la salud asociados a PFAS depende de lo siguiente:

  • Factores de exposición (p. ej., dosis, frecuencia, vía y duración)
  • Factores individuales (p. ej., sensibilidad y carga de la enfermedad)
  • Otros determinantes de la salud (p. ej., acceso a agua segura y atención médica de calidad)

Se sigue estudiando esta relación con la salud, mientras tanto, aún no existe una prohibición universal de estas sustancias, en especial en el sector alimenticio. Por lo que está en nosotros regular esta exposición (aunque no debería ser nuestro trabajo). 

El perfluorado produce obesidad. Osea no solo engorda la comida procesada sino el envase en el que vienen. De esto que se llamen obesogénicos. 

¿Cómo podemos evitarlos?

El uso y popularidad en la industria de estos químicos, es porque brindan una capa “anti-” (anti manchas, anti grasa, antiadherente, etc). Si ves una tela que no se moje o no se manche, tiene un perfluorado. Esta propiedad se da porque al ser enlaces tan fuertes del flúor y carbono, se forma una película resistente a cualquier cosa. 

Los productos que más utilizamos y que contienen perfluorados son:

– Sartenes

– Platos de papel (vasos de cartón, pajillas de papel): con este tema es preocupante, ya que a veces pensamos que es “menos dañino o más ecológico cuando termina siendo más perjudicial)

– Telas antimanchas en nuestros muebles (e incluso barnices que nos aseguran que algún gabinete será fácil de limpiar)

– El papel antigrasa en el que viene tu comida a domicilio 

Estos ejemplos son solo los que se me vienen a la mente y de los que ahora soy consciente.

Nuestro poder está en elegir que consumimos, desde llevar tu taza para evitar el terrible café contaminado de PFAS que te sirven en un vaso de papel o plástico (para fines prácticos viene siendo la misma contaminación).

La exposición consciente está en nosotros. Hay exposición a la que no tenemos control, como lo son todos los cables que recubren nuestros electrónicos, o los retardantes de llama de la mayoría de las telas (por no decir la totalidad). Sin embargo como consumidores, tenemos el poder de decidir cómo gastaremos nuestro dinero y si ese gasto nos pondrá en riesgo a largo plazo, especialmente nuestros bebés y niños, quienes están viviendo en una exposición mucho mayor a la que tu y yo estuvimos en nuestros primeros 10 años si eres de los 70 u 80.